60 años de Las Esclavas en Panamá

Al hacer un balance puedo decir con gran alegría y sano orgullo que todo lo que viví y recibí en el Colegio Las Esclavas fue bueno. Me refiero a cada una de las personas con quienes interactué en menor o mayor grado: hermanas, profesores, personal administrativo, transporte, limpieza, visitantes y compañeras de muchos años que fueron forjando junto a mis padres y hermanos mi carácter, valores, espiritualidad y personalidad.

Todas estas experiencias y acciones se fueron fundiendo y acrisolando hasta formar una vasija de barro, que aunque pareciera débil es la más fuerte de todos los elementos puros o amalgamas que puedan existir, precisamente porque no fue construida por un solo alfarero, fueron muchas manos y horas invertidas aportando amor, cariño, perdón, disciplina, humildad, alegría, conocimiento, habilidades, destrezas, valores, sentimientos, responsabilidad, honradez, todas ellas aportadas con calidad, eficiencia y eficacia.

Esta vasija de barro también tiene imperfecciones a veces invisibles, otras veces demasiado visibles, todas ellas muy valiosas porque son las que permiten voltear la mirada o la mente hacia a su interior. Con este ejercicio podemos encontrar cuál o cuáles de los elementos hemos olvidado, brindándonos la oportunidad rescatarlo, apreciarlo y valorarlo evitando así que los vaivenes del uso cotidiano de la vasija produzcan rajaduras o su rompimiento.

En otras palabras, el camino para alcanzar el éxito en todas las áreas de nuestra vida ya fue trazado y es infinito, teniendo como límite el cielo, para ello tenemos a mano una vasija llena de todos los elementos que nos indican cómo lograrlo. También es cierto que en ese camino hemos de vivir momentos difíciles que hacen que aflorar la tristeza, infelicidad, orgullo, ira, y muchos otros…es, en estos momentos en que hemos de hacer un alto para percibir y sentir las cálidas manos de los alfareros grabadas en la vasija, diciéndonos: toma los elementos olvidados para continuar tu senda.

Pienso que la llave para tener la vida plena está en hacer los altos necesarios para internalizar y tomar en cuenta todos aquellos memoriales que iluminan nuestra mente, corazón e intuición para la toma de decisiones a nivel familiar, profesional y social.

60 años de Las Esclavas en Panamá
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